EL PERDON
(Fuente de Paz y Amor)
Un estudio… demostró que el rencor es la principal causa de infelicidad. No es fácil perdonar a los demás y menos fácil es perdonarse a sí mismos; por eso necesitamos aprender el arte de perdonar y descubrir que el perdón renueva, libera, sana y nos llena de paz interior.
¿Qué es perdón?
1. El perdón es una decisión
La decisión de ir a la esencia de la persona, de llegar a su interior, más allá de sus vacíos, sus traumas, sus miedos, sus inseguridades y sus errores. Al perdonar hacemos una elección: elegimos ver al otro como un ser que, aunque falle y actúe equivocadamente, tiene una dignidad y necesita respeto y amor. Para alcanzar esta visión compasiva y comprensiva necesitamos fuerza espiritual. Así evitamos la mirada superficial que condena, despertamos la sensibilidad y encendemos una luz en el yo esencial que es fundamentalmente bueno e inocente.
2. El perdón es un regalo
Es un acto de amor desinteresado en el que nos damos un regalo de paz interior a nosotros mismos y le damos un regalo de misericordia al ofensor, sin esperar nada a cambio. No exige reciprocidad y, por eso mismo, perdonamos al otro aunque creamos que él no se lo merezca o no haya hecho nada para ganarse nuestro perdón. Sencillamente, decidimos perdonar porque sentimos muy adentro que Dios nos da fuerzas, que el resentimiento nos asfixia y que al hacerlo ganamos todos.
3. El perdón es una experiencia difícil
Para la mayoría de las personas el camino del perdón es arduo y empinado. Nos cuesta perdonarnos y perdonar por muchos motivos. Es bueno ser consciente de esto para no juzgarnos ni juzgar a los otros cuando la planta del perdón tarda en sembrarse, en crecer y en dar buenos frutos. La gravedad de ciertas heridas, el carácter y la formación hace que, para algunos, el perdón sea especialmente dificultoso. Sin embargo, siempre podemos decir con Jesucristo "Perdónales porque no saben lo que hacen" y también podemos ser buenos con nosotros mismos y perdonarnos.
4. El perdón es un proceso
No es algo que se da de una vez para siempre. Es un camino con distintas etapas, sujeto a los cambios que vamos dando en la vida y que la misma vida nos da. Podemos perdonar pronto o tomarnos años para hacerlo. A medida que cambiamos nuestras emociones. En ese proceso vamos transformando nuestras actitudes en relación con el perdón. Algún día logramos dar pasos que antes nos parecía imposibles. Puede suceder también que en ese camino tengamos bajones y retrocesos, pero algún día descubriremos que hemos perdonado con el corazón y disfrutamos los frutos del perdón sincero: paz, alegría, alivio, confianza, libertad y comprensión.
5. El perdón es una actitud
Es un buen hábito que adquirimos con la práctica y que nos permite el control de nuestras emociones, en lugar de dejar que ellas nos manejen a nosotros. Al perdonar, usamos nuestra libertad para aceptar la responsabilidad de lo que hacemos y lo que sentimos, conscientes de que nuestras reacciones no son imposiciones sino elecciones. Toda emoción es una opción y la podemos conocer y controlar con inteligencia emocional. Podemos ver al otro como un facineroso, un animal, una bestia o un monstruo o, lo podemos ver, como un ser sin amor, sin oportunidades, inseguro, amenazado y lastimado. Cuando María Fida Moro, fue a la cárcel y dio un abrazo de perdón a los terroristas de las brigadas rojas que habían descuartizado a su padre, dijo que ellos no eran "los monstruos que la prensa, sino dos seres que se habían equivocado".
6. El perdón es un estilo de vida
Es una manera de vivir amando, comprendiendo y construyendo un mundo más humano y más fraterno. El perdón nos libra de ser víctimas y nos convierte en dueños de nuestro propio destino, nos saca de un pasado oscuro y nos sitúa en un claro presente, nos aleja del temor y nos sumerge en la confianza. El perdón nos enseña a rechazar el mal sin rechazar a los que lo hacen, nos permite estar en desacuerdo con otras personas sin necesidad de retirarles nuestro afecto y sin tolerar maltratos. El perdón nos hace poderosos en el amor y nos convierte en sembradores de paz y reconciliación.
7. El perdón es una experiencia de liberación
El perdón nos saca del cárcel del odio y rompe las cadenas del rencor. El perdón nos brinda señorío y control sobre nuestra vida, no da alas para volar y nos lleva a saborear el presente sin el veneno del pasado.
Cuentas que dos judíos que salieron libres de un campo de concentración, se volvieron a encontrar después de varios años. Y sostuvieron este diálogo:
- ¿Tu perdonaste a los nazis todos sus maltratos, sus abusos y torturas?
- Sí, hace tiempo les perdoné; todo eso para mí ya pasó y ahora estoy en paz.
- Pues yo no, todavía los odio con toda mi alma
- ¡ Qué lástima! Todavía te tiene prisionero.
8. El perdón es una sanación
El perdón da vida y salud así como el rencor enferma y mata. El odio puede coadyuvar al surgimiento de un cáncer o un infarto. Muchas investigaciones han comprobado los terribles efectos del rencor y el resentimiento en la salud integral de las personas. H Friedman y S. Kewley, publicaron una en American Psycolosgist en 1987 que reúne los resultados de 101 estudios sobre emociones tóxicas. Se muestra allí que "las personas que experimentan ansiedad crónica, prolongados períodos de tristeza y pesimismo, tensión continua u hostilidad incesante, rencor u odio, tienen el doble de riesgo de contraer una enfermedad, incluidas asma, artritis, dolores de cabeza, úlceras y problemas cardíacos. El grado de riesgo es tan dañino como el del cigarrillo, el licor o el colesterol elevado" . Perdonar es abrirse a una sanación interior con el poder de Dios y a la sanación física.