Nuestro Pan Diario
02/01/2015
¿Dónde estás?
Lectura: Génesis 3:1-10
Mas el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? —Génesis 3:9
Los dos jovencitos oyeron el ruido del automóvil de sus padres y se llenaron de pánico. ¿Cómo explicarían el lío que había en casa? Las instrucciones del padre habían sido claras la mañana antes de que él y la madre de los chicos se fueran: nada de fiestas ni de amigos revoltosos. Sin embargo, a pesar de la advertencia, habían invitado amigos desenfrenados. Ahora, la casa era un caos, y los muchachos estaban un poco borrachos y alborotados. Entonces, por miedo, se escondieron.
Es probable que Adán y Eva se hayan sentido así cuando, después de decidir desobedecer a Dios, escucharon que Él se acercaba. Por temor, se escondieron. «¿Dónde estás tú?», preguntó Dios. Adán respondió: «Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí» (Génesis 3:9-10). El pecado hace que nos sintamos atemorizados y desnudos; entonces, nos volvemos más vulnerables, incluso, a más tentaciones.
El Señor sigue llamando a las personas, preguntando: «¿Dónde estás tú?». Muchos huyen, tratando de esconderse de Él o de acallar el sonido de su voz. Sin embargo, no podemos escondernos, ya que Dios sabe exactamente dónde estamos. En lugar de ocultarnos por el miedo, podemos responder de este modo: «Dios, sé propicio a mí, pecador» (Lucas 18:13).
—LD
El único lugar donde esconder el pecado es bajo la sangre de Cristo.
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